domingo, 18 de enero de 2009

LECTURA COMPLEMENTARIA PARA ENERO



“El ardor de la sangre” de Iréne Némirovsky

una revelación
“Bebíamos ponche suave, como en mi juventud, sentados ante el fuego, mis primos Érard, sus hijos y yo. Era un atardecer de otoño, muy rojo sobre las tierras de labor empapadas de lluvia”. Así comienza “El ardor de la sangre” de Iréne Némirovsky.

El ardor de la sangre

es una novela intimista. La historia se desarrolla en una tranquila villa francesa que rezuma ambiente provinciano. El libro está escrito en primera persona. La voz de Silvio que, a los sesenta años, contempla desde su rutina el mundo que le rodea, con crudeza y compasión. En este “no pasar nada” un suceso trágico quiebra la tranquilidad. Poco a poco sus personajes: Colette, Francois, Helene, Brigitte, Jean, Marc se ven implicados en un misterio oculto del pasado, de esa “ardorosa juventud”, la de la sangre. El ritmo de la narración va creciendo en intensidad, aunque intercala páginas repletas de sosiego que nos dicen mucho acerca de esa mirada de Silvio: “Otra vez el invierno, monótona estación…En ningún sitio es tan cierto como aquí el proverbio oriental que dice que los días se arrastran y los años vuelan. Otra vez la oscuridad, que empieza a las tres, el vuelo de los cuervos, los caminos cubiertos de nieve y en cada casa, aislada de las demás, la vida, que parece encogerse para ofrecer al exterior la menor superficie posible, y las largas horas pasadas frente al fuego, sin hacer nada, sin leer, sin beber, sin siquiera soñar”.

La compleja trama acerca de la vida, del amor y de la muerte que envuelve a los protagonistas se observa con lucidez, desde la atalaya de la edad madura, aunque como afirma Silvio “En defintiva, todos nos parecemos, mucho o poco, a las ramas que arden en mi chimenea y se retuercen al antojo de las llamas. Aunque tal vez no debería generalizar: hay gente que es tremendamente sensata a los veinte años. Pero yo prefiero toda mi locura osada a su sabiduría”


IRENE NEMIROVSKY

Después del notable exito de “Suite francesa” hemos descubierto a esta escritora de origen ucraniano y nacionalidad francesa. Su vida es ya un tema de novela: trás una infancia dura, huye con su familia de Rusia y se instala en Francia. Iréne Némirovsky estudia letras en La Sorbona y comienza a escribir a los 18 años. Debido a su origen judío , en 1940 le prohiben seguir publicando, aunque seguirá escribiendo con la estrella amarilla clavada en su ropa. Arrestada por la gendarmería francesa es deportada a Auschwitz donde fallece a consecuencia de tifus. Su marido poco después , muere en la cámara de gas. Serán sus dos hijas, que logran escapar, quienes custodian en una maleta los manuscritos inéditos confiados por su madre. Entre ellos estaba “El ardor de la sangre”. Simplemente treinta hojas de líneas apretadas, un manuscrito descubierto en el IMEC y ahora publicado, gracias al trabajo de recuperación de sus biógrafos Olivier Philopponat y Patrick Lienhardt.

PROPUESTA PARA ENERO, asiste el autor



MALA SUERTE

JUAN BELMONTE-APARICIO

I Premio de Narrativa Caja Madrid

El diván de un sicoanalista algo celoso es, además del icono con el que quizá generaciones futuras definirán la época en que vivimos, el punto donde confluyen los personajes de esta novela: un abogado irreverente, enamoradizo y parlanchín al que parece perseguir la mala suerte, un ex legionario obsesionado por la falta de sensibilidad del mundo ante sus extrañas habilidades, y una comisaria tan pija como despampanante con un novio que la tiene muy pequeña y, por si fuera poco, es novelista vocacional. El misterioso asesinato de un conocido actor de cine y de su amante hace que las vidas de nuestros personajes se crucen, con verdadero peligro para todos ellos. ¿Quién mato a Fabio Cotta?, ¿quién escribe los descaminados pasos que damos por el mundo?, y, sobre todo, ¿qué esconden las gafas oscuras de ese sicoanalista que parece constantemente dormido? He ahí algunas de las preguntas que el curioso lector no podrá eludir.

Humor, intriga y parodia son las claves de una novela que sitúa al género negro (y a sus lectores) en el lugar privilegiado que nunca debió abandonar: la consulta de un sicoanalista.

JUAN BELMONTE-APARICIO

Juan Aparicio-Belmonte nació en Londres en 1971.
Es autor de Mala Suerte (LENGUA DE TRAPO, 2003) que fue ganadora del I Premio de Narrativa Caja Madrid y del III premio Memorial Silverio Cañada, que se otorga en la Semana Negra de Gijón a la mejor primera novela negra escrita en español durante el año, y de López López(LENGUA DE TRAPO, 2004). Ha traducido al español el relato del escritor norteamericano Stephen Crane Heridas bajo la lluvia (2006), inédito hasta ahora en español. Durante 2004 y 2005 residió en Roma, con la beca de literatura de la Academia de España. El disparatado círculo de los pájaros borrachos que ha recibido el XII premio Lengua de Trapo de Novela, es su tercera novela.

PROPUESTA PARA NOVIEMBRE



LAS BENÉVOLAS

JONATHAN LITTELL

Maximilen Aue es un hombre casado, con hijos, discreto, calmado, reposado y reflexivo. Doctor en derecho, fabricante de puntillas en un tranquilo lugar de Francia, se decide a contar su pasado. No porque sienta necesidad alguna de justificación: simplemente quiere contar la historia tal y como él la vivió. Por eso comienza diciendo: "Hermanos hombres, dejadme que os cuente cómo ocurrió. No somos hermanos tuyos, me replicaréis, y nos importa un bledo. Y es muy cierto que se trata de una tenebrosa historia, aunque también edificante, un auténtico cuento moral, os lo aseguro". Y añade: "Y además no es algo ajeno a vosotros; ya veréis como no es algo ajeno a vosotros".
Han pasado 30 años desde que ocurrió lo que Max Aue se decide ahora a contar. Ahora vive en Francia, pero para eso tuvo que huir de Alemania al acabar la II Guerra Mundial disfrazado de trabajador obligatorio francés. Porque Maximilien Aue era oficial de las SS.
Su relato arranca con la invasión de Rusia por parte de Alemania. El teniente doctor Maximilien Aue, como oficial de las SS, sigue a las tropas de la Wehrmach para asegurar la retaguardia y eliminar toda posible resistencia. Los judíos, los gitanos y los deficientes mentales son sus primeras víctimas. La guerra del Cáucaso, con la implicación de diversas etnias, y la batalla de Stalingrado, explicada con todo detalle, ocupan el grueso de la primera parte del libro. Max se entretiene a ratos contando su idílica infancia truncada, la incestuosa relación con su hermana, el trágico final de su mal entendimiento con su madre y su padrastro...
Aue relata los años que van de 1941 a 1944 tal y como los ha vivido, en Berlín y en el frente del Este. Sigue con detalle las actividades de los siniestros Einsatzgruppen SS, grupos móviles que seguían al ejército nazi para encargarse de la aniquilación de comunistas y judíos en los territorios conquistados. Su frialdad le lleva a cometer sin remordimiento el asesinato de su madre, la masacre de los judíos de Babi Yar, a emplearse a fondo en la batalla de Stalingrado, a enorgullecerse de su trabajo allí. "No sé por qué escribo: gracias a dios nunca sentí la necesidad de justificarme", insiste mientras resucita su pasado de culto treintañero, francoalemán de Alsacia, lector de Flaubert. La relación incestuosa con su hermana y su homosexualidad encubierta le mortifican más y mejor que la guerra.
Maximilen Aue participa en la primera gran matanza de judíos, en Ucrania, asiste a la batalla de Stalingrado y acaba teniendo grandes responsabilidades en la organización de la llamada solución final. Podemos sospechar que es judío -su circuncisión queda sin explicar-, que no sólo se ha acostado con su hermana Una sino que ha tenido gemelos con ella y que fue él quien asesinó a su madre y al segundo esposo de ésta. Su cultura es muy amplia, especialmente en lo que se refiere a la cultura griega.
Participa en la masacre de judíos en Kiev y supervisa la organización de Auschwitz. Se dice obsesionado por lo Absoluto, representado primero por Dios y luego por la Nación, concepto más abstracto aún que la idea de Dios. No tiene reparos en contar todos los problemas que tuvo que afrontar para resolver las dificultades de orden logístico, técnico y psicológico que planteaba la industrialización del asesinato, y no lo hace para disculparse o por liberarse: habla para defender lo que hizo. En el camino quedan litros y litros de alcohol bebidos para inmunizarse contra el frío y, sobre todo, la responsabilidad, centenares de retortijones intestinales de un cuerpo que se rebela cuando le prohiben sentir empatía por las víctimas, decenas de actos sexuales consumados como una estricta necesidad fisiológica. Sólo ama a su hermana, pero eso está prohibido...
Durante las campañas de Ucrania y Georgia, evoca a Chejov en Yalta, a Lermontov en el Cáucaso. Conoce los trabajos de Dumézil, adora a Rameau, a quien toca al piano y pone a la misma altura que a Bach. Durante el declive de la Wehrmacht, lee La educación sentimental en francés...
Gracias a su posición trata con Adolf Eichman, Albert Speer, Martin Borman, Reinhard Heydrich, Heinrich Himmler... Sostiene debates con un lingüista que define el racismo como "filosofía para veterinarios", y demuestra cómo el presunto cientifismo de las teorías raciales es una inocua transposición ideológica de la ciencia lingüística; con un comisario político comunista que le define el nazismo como "una perversión del marxismo", pues el lugar ocupado por la lucha de clases le corresponde a la lucha de razas. También con un financiero e industrial nazi que justifica el asesinato de judíos porque "no hay nada más völkisch que el sionismo" que asocia el pueblo, la sangre, y la tierra. "Los judíos son los primeros nacionalsocialistas", dice el millonario, y por eso cree que los alemanes deben acabar con ellos; la aristocracia antisemita no soporta la vulgaridad populista del nazismo y quisiera un mundo dirigido por una élite cultural, en la que no contaría ni la raza ni la religión. Una, su hermana, concluye que "matando a los judíos nos autoasesinamos", pues "lo que nunca hemos comprendido es que estas cualidades que atribuimos a los judíos y consideramos como defectos, la avaricia, la avidez, la sed de dominio, la cobardía, la maldad simple, son cualidades profundamente alemanas, y si los judíos las han hecho suyas es porque también se han hecho alemanes".
La obsesión por la música, los crudos pasajes sexuales, la evocación de literatos o filósofos como Eckart, son los márgenes de un fresco de gran amplitud en el que son convocados centenas de personajes reales o ficticios, en el que sentimos, de fondo, la banalidad del mal definida por Hannah Arendt.


JONHATAN LITTELL

Jonathan Littell (Nueva York, 10 de octubre de 1967) es un escritor franco-estadounidense.1 Su novela Las Benévolas ("Les Bienveillantes"), escrita en francés a los 39 años, ha sido galardonada con el Premio Goncourt de 2006 y el Grand prix du roman de l'Académie française de ese mismo año.
Gracias a esa novela consigue también el 8 de marzo de 2007 la nacionalidad francesa por su "contribución a la brillantez de Francia" tras dos intentos infructuosos en 2006.

LECTURA COMPLEMENTARIA PARA OCTUBRE



A DEBATIR CON PABLO D´ORS

MUERTE EN VENECIA
MANN, THOMAS

Publicada por primera vez en 1914, "La muerte en Venecia" es la historia de un alma agotada, capaz de sobrevivir sólo en el artificio, que de pronto descubre la belleza espontánea que se manifiesta sin esfuerzos y sin titubeos en la figura de un adolescente. Mann escribió esta obra en su estilo de mosaico, preciso, minucioso y brillante a la vez, y que describe con eficacia la atmósfera crepuscular y agónica de una colorida Venecia. Completa el volumen "Mario y el mago", relato de una muerte en un escenario italiano, que Mann escribió en 1929, poco después de recibir el Premio Nobel.


THOMAS MANN

Thomas Mann sigue despertando veneración o rechazo. Más de medio siglo después de la muerte del Premio Nobel de Literatura, su sitial como máximo narrador alemán del siglo XX está fuera de toda discusión.

PROPUESTA PARA OCTUBRE, asiste el autor



PABLO D´ORS

LAS ANDANZAS DEL IMPRESOR ZOLLINGER

Huyendo de una oscura amenaza y en busca de su destino, August Zollinger abandona su pueblo natal y emprende un viaje que le mantendrá lejos de su casa siete largos años. En este exilio admirable, el joven Zollinger descubrirá desde la ilusión del amor en la apartada garita de un empleo en el ferrocarril, hasta el sabor de la camaradería y de la amistad en las filas del ejército, del que terminará por desertar, tras haber recorrido caminando todo el país. Pero antes de regresar a su hogar, todavía ha de conocer el fracaso y el éxito, el anonimato y el reconocimiento. August Zollinger descubre la dignidad de los oficios más humildes y el secreto placer de la obra bien hecha. Equipado ya para la vida y convertido en hombre cabal, el peregrino puede retornar a su patria y trabajar en la imprenta con la que había soñado desde su infancia, acompañado ahora por sus fantasmas. Con fina ironía y elegante sencillez, estas Andanzas trazan una parábola límpida sobre la condición humana. Una novela entusiasta y melancólica. Un relato para leer en voz alta.

PABLO D´ORS

Pablo d'Ors 8Madrid, 1963), sacerdote y teólogo, enseña Dramaturgia en el Aula de Teatro de la madrileña Universidad Complutense y es crítico literario de Blanco y Negro Cultural, donde ha escrito sobre Zweig, Hesse, Musil, bernhard, Thomas Mann, Pessoa y Pirandello, entre otros.